
BOBY llegó cojeando, la base de una de sus patas traseras había desaparecido, una maraña de gusanos la estuvo y seguía devorando. Boby necesitó una operación, curaciones diarias y mucho amor. El vagaba como atontado entre casa y casa con su pata sangrante, la gente lo espantaba sin medir que solo se acercaba desfalleciente para pedir ayuda con su dolor. Hoy Boby de tan solo 1 año gracias a los cuidados, posee un muñón y en breve seguirá los pasos casi en forma normal de cualquier persona que decida adoptarlo. Permitile la alegría de ser tu fiel compañero. Boby es de tamaño mediano y te espera, desparasitado, vacunado, castrado y con placa de identificación.
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